5. Fertilización
Usa un fertilizante específico para orquídeas (rico en fósforo y potasio), lo cual ayudará a fomentar la floración. Puedes fertilizar tu orquídea una vez al mes durante la temporada de crecimiento (primavera y verano). Durante el otoño e invierno, es recomendable reducir la fertilización, ya que la planta entra en una fase de descanso.
6. Humedad
Las orquídeas prefieren ambientes con una humedad relativa del 50-70%. Si el aire en tu casa es muy seco, especialmente en invierno, puedes aumentar la humedad colocando un humidificador cerca de la planta o poniéndola sobre una bandeja con piedras y agua (asegúrate de que la base de la maceta no quede en contacto con el agua).
7. Descanso después de la floración
Después de que tu orquídea termine de florecer, es posible que entre en un período de descanso. Durante este tiempo, la planta no necesitará tanta atención, pero es importante seguir cuidándola: riega, no dejes que se quede sin luz, y mantén las condiciones adecuadas para que esté lista cuando llegue el momento de florecer nuevamente.
8. Paciencia
Las orquídeas no florecen todo el tiempo; pueden necesitar meses para volver a producir flores. La mayoría de las orquídeas florecen una vez al año, y algunas pueden tardar hasta 1-2 años en volver a florecer.
Si sigues estos cuidados y tienes paciencia, tu orquídea debería estar lista para florecer de nuevo. ¿Te gustaría saber más sobre algún cuidado específico para tu tipo de orquídea?