Receta de Pan en 10 Minutos SIN HORNO

El pan casero es una opción ideal cuando quieres disfrutar de un pan fresco sin complicaciones, y esta receta es perfecta para aquellos que no tienen horno en casa o simplemente desean una alternativa rápida y sencilla. Con solo unos pocos ingredientes y una sartén, puedes hacer panes deliciosos en menos de 10 minutos. ¡Esta receta es ideal para acompañar cualquier comida!

Introducción

Hacer pan casero puede sonar como un proceso complicado, pero esta receta te demuestra lo contrario. No necesitas horno, levadura o largos tiempos de espera. Solo una sartén, algunos ingredientes básicos que probablemente ya tienes en tu cocina, y en menos de 10 minutos tendrás panes esponjosos y dorados para disfrutar.

Resumen de la Receta
Este pan sin horno se cocina directamente en una sartén, lo que lo convierte en una opción rápida y versátil. La masa es simple, sin necesidad de técnicas complicadas, y está lista para cocinar en minutos. El resultado es un pan suave, con un exterior ligeramente crujiente y un interior tierno, perfecto para acompañar con mantequilla, queso o cualquier otra guarnición.

Historia y Origen
El concepto de pan sin horno no es nuevo y tiene raíces en muchas culturas que han preparado panes planos o panes sin levadura en fogones o superficies calientes desde hace siglos. Por ejemplo, el “chapati” de la India o las “tortillas” en América Latina son ejemplos de panes planos cocidos en superficies calientes sin horno. Este tipo de recetas es popular en áreas donde los hornos no siempre están disponibles, pero el deseo de pan fresco sigue siendo primordial. Esta versión moderna y rápida se inspira en esos principios antiguos, utilizando polvo de hornear como agente leudante en lugar de la levadura tradicional.

Ingredientes

1 cucharadita de azúcar (opcional, para un toque suave)
1/2 cucharadita de sal
150 ml de agua tibia
250 g de harina de trigo (puedes usar harina integral o de avena si lo prefieres)
1 cucharadita de polvo de hornear (levadura química)
2 cucharadas de aceite de oliva (opcional, para darle más sabor y textura)

Opcionales

  • Mantequilla o queso para servir
  • Especias como orégano, ajo en polvo o semillas para darle un toque especial

Instrucciones

  1. Mezcla los ingredientes secos:
    En un bol grande, tamiza la harina, el polvo de hornear y la sal. Si decides agregar azúcar, este es el momento adecuado para hacerlo. Tamizar los ingredientes ayuda a airear la harina y asegurar que el polvo de hornear se distribuya uniformemente, lo que resulta en un pan más esponjoso.
  2. Agrega los ingredientes húmedos:
    Haz un hueco en el centro de la mezcla de harina y vierte el agua tibia junto con el aceite de oliva, si lo estás usando. Comienza a mezclar todo con una cuchara de madera o con las manos hasta que todos los ingredientes se integren. Debes obtener una masa suave y homogénea. Si sientes que la masa está demasiado seca, puedes agregar un poco más de agua, pero con cuidado de no pasarte.
  3. Amasado rápido:
    Amasa la masa ligeramente en una superficie ligeramente enharinada durante unos 2-3 minutos. No es necesario amasar en exceso, solo lo suficiente para asegurar que los ingredientes estén bien incorporados y la masa tenga una textura suave y elástica.
  4. Divide la masa:
    Una vez que la masa esté lista, divídela en 4 o 6 bolitas iguales, dependiendo del tamaño de los panes que prefieras. Luego aplánalas ligeramente con las manos o con un rodillo, formando discos de aproximadamente 1 cm de grosor.
  5. Cocción en sartén:
    Calienta una sartén antiadherente a fuego medio. No es necesario agregar aceite a la sartén, pero si deseas darle un poco más de sabor, puedes engrasarla ligeramente con aceite de oliva o mantequilla.
    Coloca los discos de masa en la sartén caliente y cocina cada lado durante unos 2-3 minutos, o hasta que se doren. Sabes que están listos cuando, al golpear suavemente el pan, suena hueco y la superficie esté bien dorada.
  6. Servir:
    Una vez cocidos, retira los panes de la sartén y sírvelos calientes. Puedes acompañarlos con mantequilla, queso o cualquier otro ingrediente que prefieras. Son perfectos como acompañamiento para sopas, ensaladas o incluso solos como bocadillo.

Sugerencias para Acompañar y Servir

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