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Receta Casera de Salami de Pollo Sin Productos Químicos

  • Coloca la pechuga de pollo y el tocino (si decides usarlo) en una picadora de carne o procesador de alimentos. Muele bien hasta obtener una masa homogénea y suave. Si no tienes un procesador potente, puedes hacerlo en dos partes, primero procesando el pollo y luego el tocino, para que se integren mejor.

3. Mezclar los ingredientes:

  • Una vez que tengas la mezcla de pollo y tocino, colócala en un bol grande.
  • Añade las especias, el ajo picado, el azúcar (si decides usarlo) y la cucharada de aceite de oliva. Agrega el agua fría o caldo de pollo para ayudar a que la mezcla tome una consistencia más suave y manejable.
  • Amasa bien todos los ingredientes con las manos hasta que estén completamente integrados y la mezcla esté pegajosa. Si la mezcla está demasiado seca, añade un poco más de agua (una cucharadita a la vez).

4. Preparar la tripa:

  • Si usas tripa natural, asegúrate de limpiarla bien con agua fría para quitarle cualquier impureza. Si nunca has utilizado tripa, asegúrate de pedirle al carnicero que la prepare adecuadamente. La tripa debe estar completamente limpia y libre de sal.
  • Coloca la tripa en un recipiente con agua tibia para hidratarla y facilitar su uso.

5. Rellenar la tripa:

  • Con mucho cuidado, comienza a rellenar la tripa con la mezcla de pollo, asegurándote de que no queden burbujas de aire. Puedes usar un embudo de embutidos o, si no tienes uno, un tubo o bolsa resistente de plástico (asegúrate de que esté limpia y adecuada para uso alimentario).
  • Haz pequeños nudos a lo largo de la tripa para formar los “rollos” del salami.

6. Cocinar el salami:

  • En una olla grande, hierve agua con una pizca de sal.
  • Coloca el salami casero en el agua caliente y cocina a fuego lento durante aproximadamente 45 minutos a 1 hora o hasta que el salami esté completamente cocido. Puedes pinchar el salami con un palillo para verificar si está cocido por dentro.
  • Durante este proceso, asegúrate de que el agua no esté hirviendo a borbotones, ya que esto podría hacer que la tripa se rompa. Mantén el agua en ebullición suave.

7. Enfriar y reposar:

  • Una vez cocido, saca el salami de la olla y deja enfriar. Si prefieres que quede un poco más firme, puedes dejarlo en el refrigerador durante algunas horas.
  • Si deseas un toque más crujiente, puedes dorar el salami en una sartén con un poco de aceite de oliva para que quede ligeramente dorado en el exterior.

8. Servir:

  • Una vez enfriado, corta en rodajas y disfruta de tu salami de pollo casero sin productos químicos. Puedes utilizarlo en sandwiches, como acompañante de ensaladas o en aperitivos.

Consejos:

  • Variaciones: Puedes agregar otras especias como orégano, albahaca o incluso un toque de chile en polvo si te gusta un poco de picante.
  • Consistencia: Si prefieres un salami más firme, asegúrate de no añadir demasiada agua y manipula bien la mezcla para que se compacte.
  • Conservación: Guarda el salami casero en un recipiente hermético en el refrigerador y consúmelo en 3-4 días, o puedes congelarlo para disfrutarlo más adelante.

Beneficios del Salami Casero:

  • Sin conservantes ni aditivos artificiales: Al hacerlo en casa, sabes exactamente lo que contiene, lo que lo convierte en una opción mucho más saludable.
  • Control de ingredientes: Puedes ajustar las especias y la cantidad de sal según tus preferencias y necesidades dietéticas.
  • Bajo en grasas saturadas: Si decides usar solo pechuga de pollo y reducir el tocino, obtendrás una opción más ligera y saludable en comparación con el salami tradicional.

¡Disfruta de este delicioso salami casero de pollo y comparte con tus amigos y familiares un producto saludable y lleno de sabor!

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