Precalienta el horno a 175°C (350°F). Engrasa y enharina un molde para pastel de aproximadamente 22 cm de diámetro (si prefieres hacer dos pasteles más pequeños, puedes usar moldes más pequeños). Esto asegurará que el pastel se desmolde fácilmente después de hornearlo.
2. Preparar la masa:
- En un tazón grande, bate la mantequilla derretida con el azúcar hasta que obtengas una mezcla suave y cremosa. Este paso es clave para conseguir una textura esponjosa.
- Agrega los huevos uno a uno, batiendo bien después de cada adición para integrar completamente.
- En otro tazón, tamiza la harina, el polvo de hornear, la sal y el bicarbonato de sodio (si decides usarlo).
- Alterna añadiendo la mezcla de ingredientes secos con la leche en el tazón de la mezcla de mantequilla, batiendo bien después de cada adición. Asegúrate de que la mezcla quede suave y sin grumos.
- Agrega la esencia de vainilla y mezcla nuevamente.
3. Hornear el pastel:
- Vierte la mezcla en el molde preparado y extiende uniformemente.
- Hornea durante 30-40 minutos, o hasta que un palillo insertado en el centro salga limpio.
- Deja enfriar el pastel en el molde durante unos minutos antes de desmoldarlo. Luego, coloca el pastel sobre una rejilla para que se enfríe completamente.
4. Preparar el glaseado (opcional):
- Mientras el pastel se enfría, puedes preparar un glaseado fácil y delicioso. En un tazón pequeño, mezcla la mantequilla derretida, el azúcar glas, la esencia de vainilla y suficiente leche para obtener una textura suave y ligeramente líquida.
- Cuando el pastel esté completamente enfriado, vierte el glaseado por encima, dejando que caiga por los lados de manera natural.
5. Servir:
Una vez que el glaseado haya tenido tiempo de asentarse, ¡ya está listo para servir! Corta el pastel en porciones generosas y disfruta de su textura esponjosa y su delicioso sabor a mantequilla.
Consejos:
- Variaciones: Puedes agregar un poco de ralladura de limón o nuez moscada a la mezcla de pastel para darle un toque adicional de sabor.
- Glaseado de chocolate: Si prefieres algo más chocolatoso, prueba un glaseado de cacao o un ganache de chocolate. Simplemente derrite un poco de chocolate con crema y úsalo para cubrir el pastel.
- Más mantequilla: Para un sabor más intenso, puedes sustituir parte de la leche por más mantequilla derretida, lo que hará que el pastel sea aún más rico.
Conclusión:
El Pastel de Mantequilla de Kentucky es la opción perfecta para quienes buscan un postre fácil, delicioso y lleno de sabor. Su esponjosidad y el toque de mantequilla lo hacen irresistible, y con o sin el glaseado, siempre será un éxito. ¡Atrévete a probarlo y disfruta de esta joya de la repostería sureña!