Preparación:
- Precalienta el horno a 200 °C (390 °F) y engrasa una bandeja o cúbrela con papel encerado.
- En un bowl grande, mezcla la harina, el polvo para hornear y la sal.
- Agrega la mantequilla fría y desmenúzala con los dedos o con un tenedor hasta que parezca arena gruesa.
- Incorpora el ajo picado y el queso rallado.
- Añade la leche poco a poco, mezclando hasta formar una masa suave y ligeramente pegajosa.
- Divide la masa en pequeñas porciones y forma bolitas o discos. Colócalos en la bandeja separados unos de otros.
- Pincela con mantequilla derretida mezclada con un poco de ajo (si quieres intensificar el sabor).
- Espolvorea más queso por encima.
- Hornea por 15–20 minutos o hasta que estén doraditos.
- Al sacar del horno, espolvorea con perejil fresco si deseas.
Tip extra:
Si quieres darles un toque más esponjoso y estilo pan de levadura, puedo darte una versión con levadura y tiempo de reposo. Pero esta versión rápida ¡queda deliciosa y lista en menos de 30 minutos!
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