Mezclar los ingredientes:
En un tazón grande, coloca la harina de trigo, el azúcar, la sal y la levadura seca. Mezcla bien.
Añade el aceite, la margarina, la leche tibia y el agua tibia. Mezcla con una cuchara o espátula hasta formar una masa.
Amasar la masa:
Pasa la masa a una superficie enharinada y amasa durante unos 10 a 15 minutos, hasta que esté suave, lisa y elástica. La masa debe despegarse de las manos sin dificultad.
Primer reposo:
Coloca la masa en un tazón ligeramente engrasado, cúbrelo con un paño limpio y deja reposar en un lugar tibio durante aproximadamente 1 hora, o hasta que doble su tamaño.
Formar los panes:
Después del primer reposo, divide la masa en porciones según el tamaño que desees y forma tus panes (pueden ser tipo pan de caja, bolitas o baguettes).
Coloca los panes ya formados en charolas ligeramente engrasadas o forradas con papel encerado.
Segundo reposo:
Cúbrelos nuevamente con un paño limpio y deja reposar durante 30 a 40 minutos, hasta que vuelvan a doblar su tamaño.
Hornear:
Precalienta el horno a 170°C.
Hornea los panes durante aproximadamente 35 minutos, o hasta que estén doraditos por fuera.
Tip final:
Si quieres que los panes queden con un brillo bonito y un color dorado, puedes barnizarlos con una yema de huevo batida antes de hornear.
Si prefieres una costra más suave, cubre los panes con un paño limpio cuando salgan del horno y déjalos enfriar.
Nota: Esta receta rinde bastante, así que puedes congelar una parte de la masa o dividirla para hornear en tandas.
¡Perfecto para el desayuno o la merienda!