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¡No frías los calabacines! ¡Este truco ha fascinado a cientos de amas de casa!

Instrucciones:

  1. Preparar los calabacines:
    • Lava bien los calabacines y córtalos en rodajas finas o en tiras largas, según tu preferencia. Si prefieres un toque de presentación más bonito, puedes cortarlos en forma de bastones, como si fueran papas fritas.
  2. Escurrir el calabacín (opcional, pero recomendado):
    • Si prefieres evitar que los calabacines suelten demasiada agua durante la cocción, coloca las rodajas o bastones de calabacín en un colador, espolvorea un poco de sal y deja reposar unos 15 minutos. Esto ayudará a que el exceso de agua se libere. Luego, sécalos con un paño limpio o toallas de papel.
  3. Preparar la mezcla crujiente:
    • En un bol, mezcla el pan rallado, el queso parmesano, el ajo en polvo, las hierbas italianas, sal y pimienta. Si deseas un toque más crujiente, puedes añadir un poco de panko (pan rallado japonés).
    • Si prefieres una opción más saludable, puedes omitir el pan rallado y usar harina de almendra o avena molida.
  4. Cubrir los calabacines:
    • Pinta las rodajas o bastones de calabacín con un poco de aceite de oliva, asegurándote de cubrir bien cada pieza. Esto ayudará a que se adhiera la mezcla crujiente.
    • Luego, pasa cada rodaja o bastón de calabacín por la mezcla de pan rallado y queso, presionando ligeramente para que se adhiera bien.
  5. Hornear:
    • Precalienta el horno a 200°C (400°F). Coloca las piezas de calabacín en una bandeja para hornear forrada con papel pergamino o ligeramente aceitada. Intenta que las piezas no se superpongan para que queden más crujientes.
    • Hornea durante unos 20-25 minutos o hasta que estén dorados y crujientes, volteando las piezas a la mitad del tiempo para asegurarte de que se cocinen de manera uniforme.
  6. Servir:
    • Una vez que estén dorados y crujientes, sácalos del horno y sirve inmediatamente. Puedes acompañarlos con tu salsa favorita, como salsa de yogur, salsa de tomate o incluso una salsa de queso.

Consejos adicionales:

  • Variedades de calabacín: Si tienes diferentes tipos de calabacines (como el calabacín amarillo), puedes mezclar todos para darle más color y sabor.
  • Alternativas sin gluten: Si prefieres una opción sin gluten, simplemente usa pan rallado sin gluten o avena molida.
  • Agrega un toque picante: Si te gusta el picante, puedes añadir un poco de chile en polvo o pimentón ahumado a la mezcla de pan rallado.

Este truco de hornear los calabacines con una capa crujiente es mucho más saludable que freírlos, y además mantienen su sabor fresco y delicioso. ¡Una opción perfecta para una guarnición, aperitivo o incluso una comida ligera! ¿Te animas a probarlo?

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