Instrucciones:
1. Preparar las capas de gelatina de colores:
- Disolver la gelatina: En tres recipientes diferentes, disuelve cada sobre de gelatina con 1 taza de agua caliente. Remueve bien hasta que se disuelva completamente.
- Enfriar las gelatinas: Una vez que las gelatinas estén bien disueltas, deja que se enfríen un poco y luego refrigéralas por unas 3-4 horas o hasta que estén completamente firmes.
2. Preparar la capa blanca:
- Disolver la gelatina sin sabor: En un recipiente pequeño, disuelve el sobre de gelatina sin sabor en 1 taza de agua fría. Déjala reposar unos minutos hasta que se hidrate.
- Calentar y mezclar: Calienta la mezcla de gelatina sin sabor a fuego lento, removiendo hasta que se disuelva completamente. Luego, agrega la leche condensada y la crema para batir, y mezcla bien hasta que todos los ingredientes estén integrados.
- Dejar enfriar: Retira del fuego y deja que la mezcla se enfríe a temperatura ambiente.
3. Cortar la gelatina de colores:
- Una vez que las gelatinas de colores estén completamente firmes, sácalas de la nevera y córtalas en cubos pequeños de aproximadamente 1 cm de lado.
4. Armar el mosaico:
- En un molde rectangular o circular para gelatina, coloca los cubos de gelatina de colores de manera que formen un mosaico en el fondo del molde.
- Vierte la capa blanca de gelatina (la mezcla con leche condensada y crema) sobre los cubos de gelatina de colores, asegurándote de que cubra bien toda la gelatina.
- Refrigera la gelatina nuevamente durante unas 4 horas, o hasta que esté completamente firme.
5. Desmoldar y servir:
- Una vez que la gelatina esté lista, pasa un cuchillo por los bordes del molde para despegarla con facilidad.
- Coloca un plato grande sobre el molde y voltea cuidadosamente. Si es necesario, pasa el molde por agua caliente durante unos segundos para que la gelatina se despegue más fácilmente.
6. Decorar (opcional):
- Si lo deseas, puedes decorar la gelatina con frutas frescas como fresas, kiwis, uvas o cualquier fruta de tu elección. Esto le dará un toque extra de frescura y color.
Consejos:
- Variedad de sabores: Puedes elegir gelatinas de los sabores que más te gusten. Los sabores frutales como naranja, fresa, cereza o piña combinan muy bien.
- Gelatina sin sabor: Es importante usar gelatina sin sabor para la capa blanca, ya que es la que ayuda a darle la textura cremosa que caracteriza a este postre.
- Formas divertidas: Si prefieres, puedes usar moldes con formas divertidas para darle un toque original a tu gelatina de mosaico.
Conclusión:
La gelatina de mosaico es un postre fresco, colorido y lleno de sabor que siempre será un éxito. Es perfecto para cualquier ocasión y fácil de personalizar según tus gustos o los de tus invitados. Con esta receta, podrás disfrutar de un postre divertido, visualmente atractivo y delicioso. ¡Sorprende a todos con tu creatividad y sabor!