Si decides agregar caramelo, te sugerimos prepararlo antes de hacer el flan.
- En una sartén, coloca 1/2 taza de azúcar y las 2 cucharadas de agua.
- Cocina a fuego medio sin revolver hasta que el azúcar se disuelva y adquiera un color dorado. Asegúrate de no dejar que se queme.
- Vierte el caramelo caliente en el fondo de un molde para flan o un recipiente para hornear, distribuyéndolo bien en la base. Deja que se enfríe un poco mientras preparas la mezcla del flan.
2. Preparar la mezcla del flan:
- En un bol grande, bate los 4 huevos junto con el azúcar hasta que se mezclen bien y la mezcla tenga una textura espumosa.
- Agrega la leche poco a poco, mientras sigues batiendo. Asegúrate de que la leche esté a temperatura ambiente para evitar que los huevos se cocinen al contacto.
- Incorpora la esencia de vainilla y mezcla bien.
3. Hornear el flan:
- Vierte la mezcla del flan en el molde que preparaste con el caramelo (si decidiste hacerlo).
- Coloca el molde en una bandeja para hornear profunda y vierte agua caliente alrededor del molde, creando un baño maría. El agua debe llegar hasta la mitad del molde.
- Precalienta el horno a 160°C (320°F) y hornea durante 45 a 60 minutos. El flan estará listo cuando al insertar un palillo o cuchillo en el centro, este salga limpio.
4. Dejar enfriar y desmoldar:
- Retira el flan del horno y deja que se enfríe a temperatura ambiente durante unos 30 minutos. Luego, colócalo en el refrigerador durante al menos 2 horas, o hasta que esté completamente frío y firme.
- Para desmoldarlo, pasa un cuchillo por los bordes del flan y voltea el molde sobre un plato grande.
Consejos Adicionales:
- Sabor extra: Si deseas darle un toque diferente, puedes añadir canela o cáscara de limón a la leche al momento de calentarla, y luego colarla antes de añadirla a los huevos.
- Versión sin azúcar: Si prefieres una opción sin azúcar, puedes reemplazar el azúcar con un edulcorante como stevia o eritritol.
- Más cremoso: Para un flan aún más cremoso, puedes agregar 1/2 taza de crema de leche junto con la leche.
Conclusión:
Este flan sin harina es el postre perfecto para quienes buscan una receta sencilla, rápida y deliciosa. Su textura suave y cremosa lo convierte en un favorito para grandes y pequeños. Sin la necesidad de harina, el flan se convierte en una opción ligera pero indulgente, ideal para cualquier ocasión. ¡Disfrútalo frío, con o sin caramelo, y verás cómo se convierte en uno de tus postres favoritos!