Preparación
- Activar la levadura
En un recipiente pequeño, mezcla el agua tibia con el azúcar y la levadura. Deja reposar durante 10 minutos hasta que la mezcla comience a burbujear. Esto indica que la levadura está activa. - Formar la masa
En un bowl grande, coloca la harina y la sal. Agrega la mezcla de levadura y el aceite. Mezcla con una cuchara hasta que todo esté integrado, luego amasa con las manos sobre una superficie enharinada durante 8–10 minutos, hasta obtener una masa suave y elástica. - Primer levado
Coloca la masa en un recipiente ligeramente aceitado, cúbrela con un paño limpio y deja reposar en un lugar cálido durante 1 hora, o hasta que doble su tamaño. - Formar el pan
Una vez que la masa haya levado, desgasifica (presiona suavemente para sacar el aire) y forma un pan alargado o redondo, según prefieras. También puedes dividirla en bollitos. - Segundo levado
Coloca el pan en una bandeja para hornear con papel manteca. Déjalo reposar otros 30 minutos mientras precalientas el horno a 200°C (390°F). - Hornear
Hornea durante 25–30 minutos, o hasta que el pan esté dorado y al golpearlo suene hueco por debajo. Si quieres una corteza más crujiente, puedes colocar un recipiente con agua dentro del horno para generar vapor. - Enfriar y servir
Deja enfriar sobre una rejilla. Disfrútalo con mantequilla, queso, mermelada o lo que más te guste.
Conclusión
Este pan casero no solo es delicioso, sino que representa ese amor que se entrega con las manos. Con pocos ingredientes y mucho corazón, puedes preparar algo que alimente el cuerpo… y también el alma. Porque como dice el dicho, “El pan sostiene al marido”, pero también une a toda la familia alrededor de la mesa.
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