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Preparar los calabacines: Lava bien los calabacines y córtalos en rodajas o en tiras (como si fueran “fideos”). Si prefieres una textura más parecida a la carne, puedes cortarlos en trozos más grandes o en tiras finas.
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Saltear el calabacín: En una sartén grande, calienta el aceite de oliva a fuego medio. Añade el ajo y la cebolla picados y saltea hasta que estén dorados y fragantes.
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Cocinar el calabacín: Agrega los calabacines cortados a la sartén y cocina durante unos 5-7 minutos, removiendo constantemente, hasta que estén dorados y tiernos pero aún con un poco de firmeza.
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Sazonar: Añade sal, pimienta, orégano y, si te gusta, un toque de salsa de soja para darle un sabor umami. Cocina por un par de minutos más para que se integren los sabores.
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Servir: Sirve caliente como acompañante, o úsalo como base para un plato principal, junto con arroz integral, quinoa o incluso como relleno de tacos o wraps.
¡Sorprendente y Delicioso!
Este platillo es un ejemplo perfecto de cómo el calabacín puede ser una alternativa deliciosa y saludable a la carne. Su textura es ideal para absorber los sabores, y su suavidad hace que cada bocado sea satisfactorio. ¡Atrévete a probarlo y descubre por qué el calabacín es más sabroso que la carne!
¡Es el momento de disfrutar de comidas más ligeras, sabrosas y nutritivas!