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Calentar la leche
. En una cacerola grande, calentar suavemente la leche y la nata a fuego medio-bajo hasta que alcance unos 82 °C (180 °F). Remover de vez en cuando para evitar que se queme. -
Cuajar la leche.
Una vez caliente, retirar del fuego e incorporar lentamente el vinagre o el jugo de limón. Dejar reposar de 10 a 15 minutos. Verás que la cuajada empieza a separarse del suero. -
Cuele la cuajada.
Cubra un colador de malla fina con una estameña o un paño de cocina limpio. Vierta la mezcla para separar la cuajada del suero. Déjela escurrir de 15 a 30 minutos, según el espesor que desee. -
Sazonar y remover.
Transfiere la cuajada a un tazón y añade la sal. Si la prefieres aún más cremosa, añade un chorrito más de crema. -
Refrigere y disfrute.
Refrigere durante al menos una hora antes de servir. Sírvalo dulce con miel, mermelada o fruta, o salado con cebollino, ajo y un chorrito de aceite de oliva.
Consejos y variaciones:
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Para obtener una textura ultra suave, bata la cuajada brevemente con una batidora eléctrica.
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Añade un toque de yogur al calentar la leche para darle un toque ligeramente ácido.
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Incorpore hierbas como eneldo o tomillo para darle un toque estilo provenzal.
Ideas para servir:
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Vierta la mezcla sobre tostadas con rodajas de tomate y una pizca de sal marina.
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Vierta cucharadas de mezcla sobre verduras asadas tibias.
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Combínalo con granola y bayas frescas para obtener un parfait de desayuno.
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Úselo en crepes salados o sobre patatas al horno.
Reflexiones finales:
Esta receta de requesón cremoso se ha convertido en un clásico de mi cocina, ¡y ahora también de muchos de mis amigos! Es versátil, deliciosa y tiene el toque perfecto de encanto francés en cada bocado. Una vez que la pruebes, nunca volverás a ver el requesón comprado con los mismos ojos.
¡Buen provecho!