Instrucciones:
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Preparar el calabacín: Lava el calabacín y, si prefieres, quítale la piel (aunque también puedes dejarla si te gusta más rústico). Rállalo finamente o córtalo en trozos pequeños.
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Cocinar la avena: En una cacerola, calienta la leche a fuego medio. Cuando esté tibia, agrega la avena y cocina, removiendo de vez en cuando, hasta que se haya absorbido toda la leche y la avena esté suave (unos 5-7 minutos).
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Mezclar el calabacín: Añade el calabacín rallado a la avena cocida y mezcla bien. Cocina por unos minutos más hasta que el calabacín se haya suavizado ligeramente.
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Endulzar y sazonar: Si lo prefieres dulce, puedes agregar miel o edulcorante al gusto. También puedes espolvorear un poco de canela para darle un toque extra de sabor.
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Servir: Sirve tu mezcla caliente y decora con frutas frescas como plátano, fresas o cualquier otra fruta de tu preferencia.
Este desayuno no solo es delicioso, sino que también es muy nutritivo. El calabacín aporta fibra y vitaminas, mientras que la avena es rica en carbohidratos complejos que te mantendrán lleno de energía durante toda la mañana.
¡Listo! Un desayuno fácil, sabroso y saludable para comenzar bien el día.