Nada reconforta tanto como una buena sopa de hueso carnudo, de esas que huelen a hogar y saben a cariño. Este platillo, tradicional en muchas culturas, no solo es sabroso, sino también nutritivo y lleno de sabor gracias al hueso que suelta toda su esencia durante la cocción lenta.
¿Qué la hace tan especial?
Los huesos con carne —como el de res, cerdo o incluso pollo— aportan un sabor profundo y una textura rica. Al cocerse por horas, sueltan colágeno, minerales y un aroma irresistible que llena toda la casa. La carne queda suave y jugosa, perfecta para acompañar el caldo.
Ingredientes comunes
- Huesos carnosos (res o cerdo)
- Papas, zanahorias, yuca, maíz o lo que tengas a mano
- Cebolla, ajo, cilantro y apio
- Sal, pimienta y especias al gusto
Un clásico de las abuelas
Esta sopa es ideal para días fríos, cuando necesitas energía o simplemente cuando quieres un plato lleno de sabor casero. Acompañada de arroz blanco, plátano maduro o unas tortillas, es un almuerzo que deja a cualquiera satisfecho y feliz.
Tip: Si la cocinas a fuego lento, ¡el sabor se intensifica y el hueso suelta todos sus beneficios!