Preparación paso a paso:
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Precalienta el horno a 180 °C (350 °F) y engrasa un molde grande o dos moldes medianos con mantequilla y un poco de cacao en polvo.
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Prepara el buttermilk casero: mezcla la leche con el vinagre y deja reposar 10 minutos. Esto hará que tu bizcocho quede más tierno y esponjoso.
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Tamiza los ingredientes secos: en un bol grande, tamiza la harina, el cacao, el polvo de hornear, el bicarbonato y la sal. Mezcla bien.
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Bate los huevos y el azúcar: en otro bol, bate los huevos con el azúcar hasta que la mezcla esté clara y espumosa (unos 4-5 minutos con batidora eléctrica).
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Agrega la leche con vinagre a la mezcla de huevos y azúcar. Mezcla suavemente.
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Incorpora los ingredientes secos poco a poco, integrándolos con movimientos envolventes para no perder aire. No sobrebatas la mezcla.
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Vierte la masa en el molde preparado y alisa la superficie con una espátula.
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Hornea durante 45-55 minutos o hasta que al insertar un palillo en el centro, este salga limpio.
(El tiempo puede variar según el tipo de molde y tu horno.) -
Deja enfriar en el molde durante 10 minutos, luego desmolda con cuidado y deja enfriar completamente sobre una rejilla.
Consejos para un bizcocho perfecto:
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No abras el horno durante los primeros 30 minutos de cocción.
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Para más sabor, puedes añadir trozos de chocolate negro o nueces a la masa.
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Este bizcocho es ideal para rellenar o cubrir con ganache, crema de mantequilla o simplemente espolvorear azúcar glas.
¿Y si lo quieres más ligero o sin azúcar?
Puedes sustituir parte del azúcar por edulcorantes naturales o usar harina integral para una versión más saludable. También puedes hacer mini bizcochos en moldes de muffin para porciones individuales.