Bien, normalmente uso tomates verdes, ¡pero estos saben mucho mejor!

5. Vierta aproximadamente 1/2 pulgada de aceite vegetal en una sartén grande y caliéntelo a fuego medio hasta que esté caliente pero no humeante.
6. Agregue suavemente las rodajas de tomate a la sartén, asegurándose de no amontonarlas, y cocínelas durante dos o tres minutos de cada lado, o hasta que se doren.
7. Para escurrirlas, muévalas con una espumadera a un plato o una rejilla de alambre cubierta con toallas de papel. Mientras aún estén calientes, sazone suavemente con un poco más de sal y pimienta.

8. ¡Sirve de inmediato para disfrutarlos mientras aún están perfectamente crujientes!
Variaciones y consejos: – Usa pan rallado sin gluten y tu mezcla de harina sin gluten preferida en lugar de harina común para una alternativa sin gluten.
– Para reducir la cantidad de aceite que consumes, considera hacer una “fritura” en la freidora de aire. Incluso sin tanto aceite, aún puedes obtener ese delicioso crujiente. Siéntete libre de jugar con las especias en la mezcla de pan rallado. Las hierbas como el tomillo, la albahaca o el orégano pueden darle a los tomates un toque deliciosamente fragante.
– Es posible restaurar algo de la textura crujiente de las sobras recalentándolas en el horno, pero dudo que eso suceda.
– Cocinar es, como siempre, acerca de hacerlo tuyo, así que siéntete libre de modificar y agregar a esta receta para adaptarla a los gustos de tu familia. ¡Involucra a los niños en el proceso de aprender a usar la cocina enseñándoles a mojar y cubrir las rodajas de tomate!

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